quarta-feira, 13 de abril de 2011

Utilización de la ficción como herramienta docente

La ficción (cine, televisión, literatura y cómic) comparte con la propia ciencia dos aspectos: el sentido de la maravilla y la especulación. Son atributos que la hacen muy atractiva y, a la vez, muy útil como recurso para la enseñanza-aprendizaje y la divulgación-comunicación de la ciencia y la tecnología en todos los ámbitos educativos.

La visión de filmes y telefilmes o la lectura inteligente de cómics y relatos, al margen de ser actos lúdicos en sí mismos, sirven, además, para fomentar y desarrollar un saludable espíritu crítico y escéptico, elemento del propio método científico.

En definitiva, de lo que se trata, si nos ceñimos al ámbito tecnocientífico, no es sólo de analizar el (mal)trato de los principios físicos en la ficción, sino de promover la reflexión intentando encontrar explicaciones plausibles o razonables, una vez asumida la existencia del personaje o la realidad de la escena en cuestión. Es decir, lo interesante no es sólo buscar el error o acierto científico, sino elucubrar sobre las posibilidades de que la escena que se desarrolla en el filme, en las viñetas del cómic o en el relato pueda resultar verosímil.

Por su gran poder de atracción y por el grado de conocimiento que los estudiantes poseen (muchos de ellos son fans de algún superhéroe y la mayoría están al tanto de personajes como Tintín, Harry Potter y los protagonistas de los dibujos animados), la ficción nos permite contar, de entrada, con su predisposición. Algo extraordinariamente valioso a lo que sólo basta con añadir la motivación del profesor para conducir a sus estudiantes a través de esa aventura del pensamiento que es la ciencia.

Referencia: Manuel Moreno, Aul de innovación educativa, Nº 189, 2010, págs. 37-38

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